Más Allá de los Errores y Debilidades

Porque yo sé los planes que tengo para ustedes», declara el Señor, «planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).

Imagina a un pastor en el campo, contando una y otra vez a sus ovejas. De pronto, se da cuenta de que una falta. Su corazón se acelera, deja todo y va en su búsqueda. Cuando la encuentra caída, indefensa, la toma en brazos con ternura, la coloca sobre sus hombros y regresa con alegría.

Jesús nos mostró el corazón de Dios a través de la parábola de la oveja perdida (Lucas 15:4-6). Él no se queda esperando que regresemos por nuestra cuenta. Nos busca, nos levanta y nos restaura. Cuando nos sentimos lejos de Él, desanimadas o atrapadas en nuestros propios errores, Su amor nos alcanza y nos devuelve a Su redil.

A veces nos perdemos no solo por el pecado, sino por la falta de dirección, la autosuficiencia o la desesperanza. Nos volvemos insensibles a las necesidades de los demás, atrapadas en pensamientos negativos o en una rutina sin propósito. En esos momentos, es fácil olvidar el amor del Buen Pastor y su llamado a una vida abundante.

Dios nos encuentra ahí mismo, nos restaura y nos llena de esperanza. No importa cuántas veces nos hayamos caído, Él sigue viendo en nosotras un futuro lleno de posibilidades.

Oración:
Señor, gracias porque nunca te cansas de buscarme cuando me pierdo. Perdóname cuando me alejo de Ti y olvido que soy parte de tu rebaño. Restaura mi corazón, lléname de tu paz y renueva mi esperanza. Quiero caminar cerca de Ti cada día. Amén.

Reto del día:
Tómate unos minutos para examinar tu corazón. ¿En qué área te has alejado de Dios? Ora y permite que Él te guíe de vuelta a Su amor y propósito.

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